Atraveso Dor—nu—Fauglith como un viento entre el polvo, y aquellos que alcanzaban a verlo pasar huian azorados, creyendo que habia llegado el mismo Oromë; porque corria dominado por una colera enloquecida, y los ojos le brillaban como los ojos de los Valar.
diumenge, 13 d’abril del 2008
El sargento Welsh y el soldado Witt (segunda parte)
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