dilluns, 28 d’abril del 2008

Bakero

El partido de mañana me excita. Cada vez que pienso en el momento que empezara me viene un escalofrio, como una descarga electrica que me recorre el cuerpo de arriba abajo. Donde mas lo noto es en el estomago, por donde relantiza su paso.

Ojala siga las cauces del mitico partido de octavos contra el Kaiserslautern en la 91/92, con gol en el ultimo minuto que decide la eliminatoria, sin dejar tiempo a la reaccion.

No tengo recuerdos nitidos de este gol. Pero me emociono igual.


3 comentaris:

Rafadalton ha dit...

Recuerdo que el Kaiserlauten metió el tercero y ya no aguanté más. Dejé a mi padre renegando en el sofá y me fui a la habitación. Me puse a ver el final en una tele pequeña, mientras escuchaba Força Barça por la radio, con los puños cerrados en mi cara. Nunca había celebrado tanto un gol como aquél y no lo volví a hacer de esa manera hasta los goles de la final del 2006. Te puedo asegurar que en las dos ocasiones lloré. Y en cambio nunca lo he hecho por una derrota, curioso, no?

Fingolfin ha dit...

si es muy curioso!

pero ni de pequeño tampoco¿?

yo de pequeño si

Rafadalton ha dit...

Pues no, por otras cosas sí, obviamente, pero por perder un partido de futbol nunca lloré. Eso sí, unos cabreeeeeoooss! jejeje

Força Barça