dilluns, 16 de juny del 2008

La historia de Fingolfin (IX)

Se ha dicho que Fëanor y sus hijos fueron los primeros de los Exiliados en llegar a la Tierra Media, y desembarcaron en el yermo de Lammoth, el Gran Eco, en las costas extremas del Estuario de Drengist.
Y al poner pie los Noldor en la playa, sus gritos chocaron con las colinas y se multiplicaron, de modo que un clamor de incontables voces poderosas llego a todas las costas del norte; y el ruido del incendio de las naves en Losgar se traslado por los vientos del mar como el tumulto de una colera terrible, y a lo lejos, todos los que oyeron el sonido, quedaron azorados.

Ahora bien, no solo Fingolfin, a quien Fëanor habia abandonado en Araman, vio las llamas de ese incendio, sino tambien los Orcos y los vigias de Morgoth.
No hay cuento que diga lo que penso Morgoth en lo intimo de su corazon ante la nueva de que Fëanor, su mas amargo enemigo, habia traido consigo un ejercito del oeste. Puede que no le temiera demasiado, porque no habia probado todavia las espadas de los Noldor; y pronto se vio que intentaria rechazarlos y devolverlos al mar.

Bajo las frias estrellas, antes de que se levantara la Luna, las huestes de Fëanor avanzaron a lo largo del prolongado Estuario de Drengist, que horadaba las Colinas del Eco de Ered Lomin, y pasaron asi de las costas a la gran tierra de Hithlum; y llegaron por fin al gran lago de Mithrim, y acamparon en el lugar que tiene este mismo nombre, alzando las tiendas en la orilla septentrional.



El Estuario de Drengist (click para ampliar)
Notese el personaje que sale en la imagen, es Tuor, un protagonista de mas adelante.


Pero el ejercito de Morgoth, alborotado por el tumulto de Lammoth y la luz del incendio de Losgar, avanzo por los pasos de Ered Wethrin, las Montañas de la Sombra, y ataco de subito a Fëanor, antes de que el campamento estuviese del todo levantado y defendido; y alli, en los campos grises de Mithrim, se libro la Segunda Batalla de las Guerras de Beleriand. Dagor—nuin—Giliath se la llamo, la Batalla bajo las Estrellas, porque la Luna no se habia elevado todavia; y fue muy afamada en los cantos.
Los Noldor, aunque excedidos en numero y sorprendidos de improviso, no tardaron en imponerse, pues la luz de Aman no se les habia nublado todavia en los ojos, y eran fuertes y rapidos, furiosos si los arrebataba la colera, y de espadas largas y terribles.
Los Orcos huyeron delante de ellos, y fueron expulsados de Mithrim en medio de una gran matanza y perseguidos por sobre las Montañas de la Sombra hasta la gran llanura de Ard-galen, al norte de Dorthonion. Allí los ejercitos de Morgoth, que habian avanzado hacia el sur al Valle del Sirion y sitiado a Cirdan en los Puertos de las Falas, acudieron a ayudarlos, y quedaron atrapados en la ruina de los Orcos.
Porque Celegorm hijo de Fëanor, advirtiendo que habian llegado, los ataco de flanco con una parte de las huestes elficas, y bajando sobre ellos desde las colinas proximas a Eithel Sirion, los empujo hasta el Marjal de Serech. Malas por cierto fueron las nuevas que por fin llegaron a Angband, y Morgoth se sintio consternado. Diez dias duro esa batalla, y de todas las huestes que habia destinado a la conquista de Beleriand solo regreso un puñado de sobrevivientes.

No obstante, habia razones para que sintiera una gran alegria, pero el no las conocio hasta despues de un tiempo.
Porque Fëanor, arrastrado por la fuña, no quiso detenerse, y se precipito detras del resto de los Orcos, pensando asi llegar hasta el mismo Morgoth; y rio fuerte mientras esgrimia la espada, contento por haber desafiado la colera de los Valar y los males del camino y por ver llegada al fin la hora de la venganza.

Nada sabia de Angband ni de la gran fuerza defensiva que tan de prisa habia preparado Morgoth; pero aun cuando lo hubiera sabido, no habria cambiado de planes, pues estaba predestinado, consumido por la llama de su propia colera.
Asi fue que se adelanto demasiado a la vanguardia de su ejercito; y los siervos de Morgoth se volvieron para acorralarlo, y de Angband salieron unos Balrgos que se sumaron al ataque.



Fingon y Gothmog, el Señor de los Balrgos, en la batalla de la Nirnaeth Arnoediad, sucedida años despues (click para ampliar)


Alli, en los confines de Dor Daedeloth, la tierra de Morgoth, Fëanor fue rodeado junto con unos pocos amigos.Largo tiempo continuo luchando inquebrantable, aunque estaba envuelto en fuego y con multiples heridas. Pero por fin lo echo por tierra Gothmog, Señor de los Balrogs.

Alli habria perecido, si en ese momento sus hijos no hubieran acudido a ayudarlo; y los Balrogs lo dejaron, y volvieron a Angband.

Entonces los hijos levantaron a su padre y lo cargaron de vuelta a Mithrim. Pero al acercarse a Eithel Sirion, Fëanor ordeno que se detuvieran; porque estaba mortalmente herido, y sabia que le habia llegado la hora. Y desde las laderas de Ered Wethrin, contemplando por ultima vez las cumbres lejanas de Thangorodrim, las mas poderosas de las torres de la Tierra Media, supo con la presciencia de la muerte que jamas poder alguno de los Noldor podria derribarla; pero maldijo tres veces el nombre de Morgoth y encomendo a sus hijos atenerse al juramento y vengar la muerte del padre.

Entonces murio; pero no tuvo entierro ni sepulcro, pues tan fogoso era su espiritu que al precipitarse fuera dejo el cuerpo reducido a cenizas, que se desvanecieron como humo; pero nunca reaparecio en Arda, ni abandono las Estancias de Mandos.
Asi acabo el mas poderoso de los Noldor, por cuyas hazañas obtuvieron a la vez la mas alta fama y la mas pesada afliccion.


2 comentaris:

Anònim ha dit...

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Fingolfin ha dit...

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