Pero aun a la hora de la muerte de Fëanor llego una embajada de Morgoth en la que se reconocia derrotado y ofrecia terminos de paz, la entrega incluso de uno de los Silmarils.
Entonces Maedhros el Alto, el hijo mayor, aconsejo a sus hermanos que fingieran interesarse en las tratativas y se reunieran con los emisarios de Morgoth en el sitio indicado; pero a los Noldor les importaba entonces tan poco la buena fe como al mismo Morgoth.
Por lo que cada embajada acudio con mas fuerzas de las convenidas; pero mayores fueron las enviadas por Morgoth, y habia Balrogs presentes.
Maedhros cayo en una emboscada y todos sus acompañantes fueron muertos; pero el mismo fue llevado con vida a Angband por orden de Morgoth.
Por tanto, Morgoth tomo a Maedhros y lo colgo de lo alto de un precipicio de Thangorodrim, y lo sujeto a la roca por la muñeca de la mano derecha con una banda de acero.
Maedhros atado en Thangorodrim con Fingon y Thorondor al rescate (click para ampliar)
Ahora bien, llego el rumor al campamento en Hithlum de la marcha de Fingolfin y de sus seguidores, que habian cruzado el Hielo Crujiente; y todo el mundo estaba entonces asombrado por la llegada de la Luna. Pero cuando las huestes de Fingolfin entraron en Mithrim, el Sol se levanto flameante en el oeste; y Fingolfin desplego los estandartes azules y plateados, e hizo sonar los cuernos, y las flores se abrieron delante de el mientras marchaba, y las edades de las estrellas habian concluido.
Ante la elevacion de la gran luz, los siervos de Morgoth huyeron a Angband, y Fingolfin avanzo libremente a traves de la fortaleza de Dor Daedeloth mientras el enemigo se escondia bajo tierra.
Entonces los Elfos golpearon las puertas de Angband y el reto de las trompetas sacudio las torres de Thangorodrim; y Maedhros las oyo en medio de su tormento y grito con fuerza, pero la voz se le perdio entre los ecos de la montaña.
Pero Fingolfin, de otro temperamento que Fëanor, y cansado de los engaños de Morgoth, se retiro de Dor Daedeloth y volvio hacia Mithrim, porque habia oido nuevas de que alli encontraria a los hijos de Fëanor, y deseaba tambien tener por escudo las Montañas de la Sombra mientras sus gentes descansaban y se fortalecian; porque habia comprobado el poder de Angband, y pensaba que no caeria solo con el sonido de las trompetas. Por lo tanto, al llegar al fin a Hithlum, levanto su primer campamento y morada junto a las orillas septentrionales del Lago Mithrim.
No habia amor por la Casa de Fëanor en el corazon de los que seguian a Fingolfin, pues grande habia sido la agonia de los que soportaron el cruce del Hielo, y Fingolfin consideraba a los hijos complices del padre. Era posible entonces que las huestes se enfrentaran; pero aunque habian tenido graves perdidas a lo largo del camino, el pueblo de Fingolfin y de Finrod hijo de Finarfin, era aun mas numeroso que los seguidores de Fëanor, y estos ahora se retiraron mudandose a las orillas australes; y el lago se extendia entre ellos. Mucha de la gente de Fëanor se habia arrepentido en verdad del incendio de Losgar, y estaban asombrados por el valor con que los amigos abandonados habian cruzado el Hielo del Norte; y les habrian dado la bienvenida, pero callaron por vergüenza.
Asi, a causa de la maldicion que pesaba sobre ellos, los Noldor nada hicieron mientras Morgoth vacilaba, y el miedo a la luz era nuevo y fuerte entre los Orcos. Pero Morgoth salio al fin de su ensimismamiento, y rio al descubrir que sus enemigos estaban divididos. Y en los abismos de Angband ordeno que se hiciesen grandes humos y vapores, y estos salieron por los picos hediondos de las Montañas de Hierro, y alcanzaron a verse en Mithrim, manchando los aires brillantes de las primeras mañanas del mundo. Un viento vino del este y los llevo sobre Mithrim oscureciendo el nuevo Sol; y descendieron, y serpentearon por los campos y las hondonadas, y se tendieron sobre las aguas de Mithrim, lobregos y ponzoñosos.
Entonces Fingon el Valiente, hijo de Fingolfin, resolvio poner remedio a la querella que dividia a los Noldor antes de que el Enemigo estuviera pronto para la guerra; porque la tierra temblaba en el norte con el trueno de las herrerias subterraneas de Morgoth.
Tiempo atras, en la beatitud de Valinor, antes de que Melkor fuera desencadenado, o las mentiras los separaran, Fingon habia tenido una estrecha amistad con Maedhros; y aunque no sabia aun que Maedhros no habia olvidado el incendio de las naves, el recuerdo de la vieja amistad le atormentaba el corazon.
Entonces hizo algo que siempre se recordaria entre las hazañas de los principes de los Noldor: solo y sin pedirle consejo a nadie se lanzo al encuentro de Maedhros; y ayudado por la oscuridad que el mismo Morgoth habia extendido alrededor, llego invisible a la fortaleza del Enemigo.
Trepo muy arriba hasta las salientes de Thangorodrim, y con templo desesperado la desolacion de la tierra; pero no encontro paso ni hendidura por la que pudiera entrar en la fortaleza de Morgoth. Entonces, desafiando a los Orcos, que acobardados todavia se ocultaban en las oscuras bovedas subterraneas, tomo el arpa y canto un canto de Valinor compuesto antaño por los Noldor, antes de que hubiera rencor entre los hijos de Finwë; y la voz de Fingon resono en las hondonadas luctuosas que hasta ese momento nada habian escuchado, excepto gritos de miedo y de dolor.
Asi encontro Fingon lo que buscaba. Porque de pronto, por encima de el, lejana y debil, una voz se unio a la cancion, y respondio con una llamada. Era Maedhros que cantaba en medio del tormento. Pero Fingon trepo hasta el pie del precipicio desde el que colgaba el hijo de Fëanor y no pudo seguir adelante; y lloro cuando vio la crueldad del ardid de Morgoth. Entonces Maedhros, sumido en una angustia sin esperanza, rogo a Fingon que le disparara con el arco; y Fingon saco una flecha y tendio el arco. Y al ver que no habia esperanza mejor, clamo a Manwë diciendo:
—¡Oh, Rey, a quien todos los pajaros son caros, apresura ahora esta lanza emplumada y muestra alguna piedad por los Noldor!
Fingon liberando a Maedhros cortandole la mano (click para ampliar)
Ahora, mientras Fingon tendia todavia el arco, desde los aires altos descendio Thorondor, Rey de las Aguilas, la mas poderosa de cuantas aves haya habido, con alas de una envergadura de treinta brazas; y deteniendo la mano de Fingon, subio volando con el y lo transporto hasta el muro de piedra donde colgaba Maedhros. Pero Fingon no pudo aflojar la banda forjada en el infierno que sujetaba la muñeca, ni romperla, ni desprenderla de la roca. Por tanto, una vez mas, adolorido, Maedhros le rogo que le diera muerte; pero Fingon le corto la mano por sobre la muñeca, y Thorondor los llevo a ambos de regreso a Mithrim.
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