diumenge, 14 de setembre del 2008

La historia de Fingolfin (XII)

Ahora bien, Fingolfin, Rey del Norte y Rey Supremo de los Noldor, al ver que su pueblo se habia hecho numeroso y fuerte y que los Hombres aliados suyos eran muchos y valerosos,penso una vez mas en atacar Angband; porque sabia que vivian en peligro mientras no completaran el circulo del Sitio, y Morgoth pudiera trabajar libremente en las minas profundas inventando males que nadie era capaz de adivinar antes de que el los revelara.
Este proposito era pertinente de acuerdo con lo que el sabia; porque los Noldor no comprendian todavia la fuerza del poder de Morgoth, ni entendian que si libraban solos una guerra contra el no habia la menor esperanza de triunfo, fuera que la apresuraran o la demoraran. Pero porque la tierra era hermosa y sus reinos vastos, la mayor parte de los Noldor estaban satisfechos con las cosas tal como eran, confiando en que durarian, y retrasaban un ataque en el que sin duda moririan muchos, fuera en la victoria o en la derrota. Por tanto, estaban poco dispuestos a escuchar a Fingolfin, y los hijos de Fëanor, por aquel tiempo, menos que nadie. Entre los jefes de los Noldor, solo Angrod y Aegnor pensaban como el rey; porque vivian en regiones desde donde podia verse Thangorodrim, y nunca olvidaban la amenaza de Morgoth. De este modo, los planes de Fingolfin no llegaron a nada, y la tierra aun tuvo paz por un tiempo.


Pero cuando la sexta generacion de Hombres despues de Bëor y Marach no habia alcanzado aun la plenitud de la madurez, habiendo transcurrido por entonces cuatrocientos cincuenta y cinco años desde la llegada de Fingolfin, sucedio el mal que por tanto tiempo habian temido, pero mas terrible y repentino todavia que en sus miedos mas oscuros. Porque Morgoth habia preparado su fuerza en secreto y durante largo tiempo, mientras la malicia de su corazon no dejaba de aumentar y su odio por los Noldor se hacia mas amargo; y deseaba no solo acabar con sus enemigos, sino tambien destruir y mancillar las tierras que habian tomado y embellecido. Y se dice que su odio pudo mas que su prudencia, de modo que si solo hubiera aguardado un tiempo mas, hasta estar bien preparado, los Noldor habrian sido aniquilados porcompleto. Pero tomo demasiado a la ligera el valor de los Elfos, y a los Hombres no daba todavia ninguna importancia.

Llego el tiempo del invierno, cuando la noche era oscura y sin luna; y la amplia llanura de Ardgalen se extendia en la sombra bajo las frias estrellas, desde los fuertes en las colinas de los Noldor hasta el pie de Thangorodrim. Las hogueras ardian debilmente y los guardianes eran escasos; pocos velaban en los campamentos de los jinetes de Hithlum. Entonces, de pronto, Morgoth envio desde Thangorodrim caudalosos rios de llamas que mas rapidos que Balrogs se esparcieron por toda la llanura; y las Montañas de Hierro eructaban fuegos venenosos de muchos colores y el humo descendia por el aire, y era mortal. Asi perecio Ard-galen, y el fuego devoro sus hierbas convirtiendola en un baldio quemado y desolado, de aire polvoriento y sofocante, yermo y sin vida. Desde entonces cambio de nombre y se llamo Anfauglith el Polvo Asfixiante. Alli tuvieron tumba sin techo montones de huesos chamuscados; porque en ese incendio perecieron muchos de los Noldor que no pudieron llegar a las colinas y fueron atrapados por la precipitacion de las llamas. Las alturas de Dorthonion y Ered Wethrin detuvieron los fogosos torrentes, pero los bosques sobre las laderas que daban a Angband ardieron todos, y el humo confundio a los defensores. Asi empezo la cuarta de las grandes batallas, Dagor Bragollach, la Batalla de la Llama Subita.



Glaurung el dorado, Padre de los Dragones


Al frente de ese fuego avanzo Glaurung el dorado, Padre de los Dragones, ya entonces en a plenitud de su poder, y con un sequito de Balrogs; y detras de ellos venian los ejercitos negros de los Orcos, en multitudes que los Noldor no habian visto ni imaginado jamas. Y atacaron las fortalezas de los Noldor y quebrantaron el sitio en torno a Angband y mataban a los Noldor y a sus aliados, los Elfos Grises y los Hombres, en cualquier sitio que los encontraran. Muchos de los mas vigorosos de los enemigos de Morgoth fueron destruidos en los primeros dias de combate, sorprendidos y dispersos e imposibilitados de unir sus fuerzas.
Desde entonces la guerra nunca ceso del todo en Beleriand; pero la Batalla de la Llama Subita se dio por concluida con la llegada de la primavera, cuando disminuyo la feroz embestida de Morgoth.

De este modo termino el Sitio de Angband; y los enemigos de Morgoth fueron dispersados y separados los unos de los otros. La mayor parte de los Elfos Grises huyo hacia el sur y abandono la guerra del norte; muchos fueron recibidos en Doriath, y el reino y la fuerza de Thingol se hicieron mas grandes en ese tiempo, pues el poder de la Reina Melian se habia extendido mas alla de las fronteras y el mal no podia penetrar aun en ese reino escondido.Otros se refugiaron en las fortalezas junto al mar, y en Nargothrond; y algunos huyeron y se ocultaron en Ossiriand, o atravesaron las montañas, errando sin casa en la intemperie. Y el rumor de la guerra y del quebrantamiento del Sitio llego a oidos de los Hombres en el este de la Tierra Media.

Los hijos de Finarfin fueron los que mas sintieron la pujanza del ataque, y Angrod y Aegnor murieron alli, y junto a ellos cayeron Bregolas, señor de la casa de Bëor, y gran parte de los guerreros de ese pueblo. Pero Barahir, el hermano de Bregolas, estaba en una batalla que se libraba mas hacia el oeste, cerca del Paso del Sirion. Alli el Rey Finrod Felagund, que se apresuraba desde el sur, quedo aislado con unos pocos de los suyos y fue rodeado en el Marjal de Serech; y habria sido muerto o tomado prisionero, pero acudio Barahir con los mas valientes de sus hombres y lo rescató levantando un muro de lanzas alrededor, y se abrieron paso entre las tropas enemigas, y abandonaron el campo de batalla aunque con grandes perdidas.


Así escapo Felagund, y volvio a su profunda fortaleza de Nargothrond; pero hizo unJuramento de amistad eterna y de ayuda en toda necesidad a Barahir y a su gente, y como prenda del juramento le dio su anillo. Barahir era ahora por derecho señor de la casa de Bëor, y regreso a Dorthonion; pero la mayor parte del pueblo escapo y se refugio, abandonando sus hogares, en la fortaleza de Hithlum.



El Anillo de Barahir, que luego heredo Aragorn.


Tan grande fue la embestida de Morgoth, que Fingolfin y Fingon no pudieron acudir en ayuda de los hijos de Finarfin; y los ejercitos de Hithlum fueron rechazados con grandes perdidas hasta las fortalezas de Ered Wethrin, y apenas consiguieron defenderlas de los ataques de los Orcos. Ante los muros de Eithel Sirion cayo Hador, el de Cabellos Dorados, en la defensa de la retaguardia del señor Fingolfin, a la edad de sesenta y seis años; y con el cayo Gundor, su hijo menor, atravesado por muchas flechas; y fueron llorados por los Elfos.
Entonces Galdor el Alto sucedio como señor a su padre. Y por causa de la fortaleza y la altura de las Montañas Sombrias que resistieron el torrente de fuego, y el valor de los Elfos y de los Hombres del Norte, que ni Orcos ni Balrogs pudieron vencer, Hithlum no fue conquistada y amenazo el flanco del ataque de Morgoth; pero un mar de enemigos separo a Fingolfin de su gente.